viernes, 1 de febrero de 2008

La flexibilidad


UNA CUALIDAD QUE DISMINUYE CON LA EDAD

Si se observa un gato cuando se despierta: se estira, se arquea, se mueve, como si quisiera comprobar el funcionamiento de su cuerpo.

Este curioso actuar del felino significa la transición entre el descanso y la actividad, entre la quietud y el movimiento. La mayoría de los animales hacen algo parecido.

¿ Y el ser humano ?

El ser humano con frecuencia reprime sus actos y se rige por normas que a veces son represivas. Hacer una flexión de tronco, o estirar las piernas después de estar varias horas sentados, desperezarse, etc., se consideran signos de mala educación, pese a que son necesidades fisiológicas.

Pero, ¿ a qué se debe esa tendencia a estirarse después de la inactividad ? Sencillamente a que, en situación de reposo, el tejido conectivo se acorta, las articulaciones se anquilosan ligeramente y los músculos pierden actividad.

Así pues, estirarse es el paso que precede al movimiento.

El movimiento puede ser amplio, o rápido, o corto, o torpe; ello dependerá de la fuerza, de la velocidad y de la coordinación, pero, en gran medida, de la flexibilidad.

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